Cada 10 de mayo, se celebra el Día Mundial del Lupus, una fecha para crear conciencia sobre la existencia de esta enfermedad crónica y grave que afecta a muchas personas en el mundo, además de la importancia de su atención oportuna para tener una mejor calidad de vida, informaron los Servicios de Salud.
La dependencia explicó que el Lupus es una enfermedad crónica, no curable, que afecta al sistema inmunitario: los anticuerpos atacan a los órganos del paciente como si fueran bacterias o virus causando daño en la piel, vasos sanguíneos, articulaciones y a otros órganos internos como corazón, pulmón, riñón, cerebro, entre otros. No existe una causa específica que lo ocasione, solo factores que la predisponen: genéticos, el sexo, el uso de hormonal para planificación familiar o una infección viral.
De cada 10 personas que sufren la enfermedad, nueve son del sexo femenino y la mayor prevalencia se da entre los 20 y 40 años de edad. En México, se estima que por cada 100 mil habitantes, 20 personas sufren este mal.
Es fundamental detallar que existen dos tipos de esta enfermedad: Lupus Eritematoso Cutáneo, sólo afecta a la piel y Lupus Eritematoso Sistémico el cual afecta a muchos órganos.
El tipo cutáneo genera lesiones en las zonas expuestas al sol: en la cara da el aspecto de tener una mariposa dibujada con las alas abiertas; en el dorso de las manos, el cuello y el escote se observan áreas intensamente rojas, fijas, que no suelen desaparecer solas y cuando lo hacen dejan manchas café oscuro y piel delgada.
El Lupus Sistémico se acompaña de anemia, caída del cabello, úlceras pequeñas en la boca, dolores musculares y articulares, los cuales el 90 por ciento de pacientes los presentan; sin embargo también aparecen síntomas como fatiga, daño al riñón, inflamación de las membranas que cubren el corazón, pulmón, entre otras.
Actualmente, el Lupus es controlable cuando se detecta de manera oportuna, mientras que hace 20 años, entre 70 a 80 por ciento de las personas con la enfermedad, fallecían por el daño que provoca en corazón, pulmones y/o riñón.
El diagnóstico es complicado en sus primeras etapas debido a que los síntomas aparecen y desaparecen o pueden ser confundidos con otras patologías. Una persona debe sospechar del lupus y acudir al médico cuando sufre dolor en articulaciones durante varias semanas, que no mejora ni al recibir tratamiento; fiebre sin causa aparente, al igual que cansancio y pérdida de peso que no se relaciona al esfuerzo de las actividades diarias; manchas en la piel que empeoran con la exposición al sol.
El tratamiento oportuno es importante para su control, en todos los casos: leves, moderados y graves, se indican esteroides, antiinflamatorios e inmunosupresores, sin embargo la dosis y vía de administración depende de la severidad de cada paciente.
Las medidas preventivas son importantes, los pacientes con Lupus deben cuidarse del sol para evitar reactivaciones usando filtro solar, usar ropa que los proteja (pantalón, manga larga, cuello alto, así como sombreros, gorras y sombrillas. Una asoleada intensa puede desencadenar la presencia o la reactivación del Lupus en las personas susceptibles.
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