El Economista
El multimillonario Bill Gates, uno de los seguidores de la regla de las cinco horas de Benjamin Franklin para alcanzar el éxito, ha querido utilizar el papel protagonista que ha alcanzado este año en la lucha contra el coronavirus, fruto de sus donaciones; para lanzar una advertencia: hay que empezar a pensar en la próxima pandemia.
Los actos filantrópicos que ha realizado Bill Gates desde el inicio de esta crisis sanitaria lo han posicionado como uno de los líderes más destacados en la lucha contra el Covid-19. Un papel relevante que digirió con una serie de remordimientos por su aviso fallido de la pandemia del coronavirus. Así, este miércoles ha querido advertir a la ciudadanía de que "no es demasiado pronto para empezar a pensar en la próxima pandemia", detalla El Economista.
Esta alerta la ha puesto negro sobre blanco en Gates Notes, el blog oficial del magnate, en un nuevo artículo que pretende concienciar sobre lo vulnerable que es el ser humano y los peligros sanitarios que debe afrontar: "La desafortunada realidad es que Covid-19 podría no ser la última pandemia. No sabemos cuándo llegará el próximo, o si será una gripe, un coronavirus o alguna enfermedad nueva que nunca antes habíamos visto. Pero lo que sí sabemos es que no podemos permitirnos que nos pillen desprevenidos de nuevo. La amenaza de la próxima pandemia siempre estará sobre nuestras cabezas, a menos que el mundo tome medidas para prevenirla"
Cómo hay que prevenir la próxima pandemia según Bill Gates
1. Inversión en ciencia: el multimillonario explica que para evitar que se repitan las dificultades de este último año hay que duplicar las inversiones en I + D y organizaciones como la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) que han demostrado ser invaluables con Covid-19. "También necesitamos desarrollar capacidades completamente nuevas que aún no existen", añade. Aquí cabe recordar que Bill Gates instó hace unos meses a que se invirtiera más en investigación médica para salir antes de esta crisis y de las que puedan venir. Así, el millonario fue uno de los primeros en donar 100 millones de dólares para conseguir una vacuna contra el Covid-19.
2. Los países ricos deben pagar: este apoyo a la financiación científica debe "provenir de países ricos", explica Gates, pues las pandemias son globales. Además, razona que esta inversión es la mejor y más rentable póliza de seguros: "El mundo necesita gastar miles de millones para ahorrar billones (y prevenir millones de muertes)", sentencia.
3. Monitorear patógenos: esta inversión en investigación científica debe combinarse, escribe Gates, en un aumento de los sistemas de análisis que monitoreen constantemente para detectar patógenos problemáticos y que puedan activarse tan pronto como se necesiten. Además, hay que detectar los brotes de enfermedades tan pronto como ocurren.
4. Convocar más simulaciones de pandemia: en esta preparación para la próxima pandemia, el multimillonario también invita a realizar más simulacros de pandemia. De hecho, el participó en el denominado 'Evento 201', una simulación llevada a cabo en 2019 donde una pandemia asolaba el planeta. Según el cofundador, este tipo de simulacros permiten "practicar, analizar y mejorar la forma en que respondemos a los brotes de enfermedades, al igual que los juegos de guerra permiten que los militares se preparen para la guerra de la vida real".
La esperanza en las nuevas vacunas con ARN
Una visión para la esperanza para Bill Gates es el desarrollo de las vacunas de ARNm para Covid-19, que la Fundación Bill y Melinda Gates lleva financiando desde hace años. Son un nuevo tipo de vacuna que entregan instrucciones para enseñar a su cuerpo a combatir un patógeno. "Aunque nuestra fundación ha estado financiando la investigación de esta nueva plataforma desde 2014, no se había aprobado el uso de ninguna vacuna de ARNm antes del mes pasado. Esta pandemia aceleró el proceso de desarrollo de la plataforma", explica.
De hecho, el millonario va más allá y predice que las vacunas de ARNm se desarrollarán más rápido, serán más fáciles de escalar y más estables de almacenar durante los próximos cinco a diez años. "Eso sería un gran avance, tanto para futuras pandemias como para otros desafíos de salud mundial. Las vacunas de ARNm son una plataforma prometedora para enfermedades como el VIH, la tuberculosis y la malaria", sentencia.
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