Ciudad de México. La música y la cumbia son imprescindibles para Ulises, de los Terkos de la colonia Independencia de Monterrey, quien dejó el populoso barrio y a su tribu urbana para ir a Estados Unidos, donde se volvió una curiosidad y perdió su identidad.
Ya no estoy aquí conecta con la gente, porque va más allá de contar historias, aseguró el director Fernando Frías de la Parra sobre el largometraje que, seleccionado entre cinco más, representará a México en la edición 93 de los premios Óscar, en la categoría de mejor película internacional, informó la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Amacc).
Uno de los propósitos de la cinta, destacó Frías de la Parra, es luchar contra el prejuicio hacia estos chicos que tienen estos peinados y de esos memes de burla clasista, sin saber que este momento contracultural se construye en respuesta a una opresión sistemática. Tenemos que entender qué hay detrás de cuando un chico decide cambiarse el nombre o vestirse así, es respuesta a algo. Si crees que soy feo y pobre y naco, mira cómo me empodero a partir de ese prejuicio.
Desde su estreno en México, Ya no estoy aquí (I’m No Longer Here) cautivó por el retrato de los cholombianos, seguidores de una cultura urbana mexicana cuya moda característica y su amor por la cumbia definen –en gran medida– la vida del protagonista de la película, un joven de 17 años llamado Ulises (Juan Daniel García Treviño).
La cinta “muestra nuevas o diferentes formas de ver; se acerca con cariño a los personajes. Entendimos que ese baile es empoderamiento. En el caso de la película es una forma de decir: ‘soy yo, me empodero y tengo el control de mis movimientos, de mis miembros, de mis articulaciones, porque vivo en una sociedad que margina, estigmatiza, donde no hay oportunidades, no puedo controlar mi destino salvo en este pequeño momento que estoy bailando una canción’”, afirmó el realizador.
Esta historia, prosiguió, se construyó a partir de la nostalgia, porque los momentos que ocurren en Monterrey son vistos a partir de la ausencia, de la pérdida de Ulises, eso me permite construir esa realidad de forma idílica, como queremos recordar, porque las memorias no son archivos de hechos, sino de emociones.
Hace un año, Ya no estoy aquí se estrenó en el Festival Internacional de Morelia y desde entonces ha acumulado logros más allá de toda previsión: ganadora del Ojo a Largometraje Mexicano en Morelia, de las películas mexicanas más vistas en la plataforma de Netflix y de 10 premios Ariel, entre ellos a mejor película, mejor dirección y mejor revelación actoral a Juan Daniel García.
Ahora es seria contendiente en los premios Óscar de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Estados Unidos con una trama contextualizada hace 10 años, en tiempos de la guerra contra las drogas y de la tribu urbana a la que pertenece Ulises, que se extinguió.
Conflicto interno
Mucha de la polémica sobre la película fue que no retrataba totalmente a Monterrey, pero yo no sé cuándo dije que iba a hacer una película sobre esa ciudad, y lo mismo con Nueva York: filmé en un barrio no muy retratado, en el que confluyen muchísimos seres humanos, de diferentes culturas y el choque cultural es muy interesante. Además, es importante recalcar que la película tiene más que ver con el personaje y su conflicto interno, puntualizó el realizador.
Acerca del filme, el cineasta Alfonso Cuarón ha expresado: Lo que hizo (el director) con su película es algo verdaderamente original.
Sostuvo: Es una experiencia del transcurrir en un espacio y un tiempo muy específicos, y manteniendo en ese mismo tiempo el choque de los espacios. Es muy conmovedor el hecho de ver en un tiempo compartido dos espacios contrastantes. Por un lado, creo que es una experiencia muy universal porque es la que tienen o tenemos tantos que estamos traspolados de nuestro lugar original; es la razón por la que la película ha tenido una gran recepción no sólo en México, sino en el mundo.
El realizador jalisciense Guillermo del Toro comentó: Es una singularidad por lo menos en la última década en muchos sentidos. Tiene mesura, una sensación de realidad, de lugar y de tiempo. La película conecta porque es universal. Ese tipo de cintas deben tener todo el detalle, las peculiaridades de un lugar y un tiempo.
Agregó, conecta porque creo que como mexicanos todos hemos vivido momentos de cambio que nos demuestran lo fácil que es que nuestra realidad desaparezca o se modifique frente a nosotros.
Ya no estoy aquí fue seleccionada de entre El ombligo de Guie’dani (Xquipi’ Guie’dani), de Xavi Sala; Esto no es Berlín, de Hari Sama; Mano de obra, de David Zonana; Nuevo orden, de Michel Franco, y Te llevo conmigo, de Heidi Ewing.
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